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(01/07/21)

“Nadie como Buda desarrolló la benevolencia y la compasión en su época. Entre sus primos, se encontraba el malvado Devadatta, que siempre se encontraba celoso del maestro y empeñado en dejarlo en mal lugar, incluso dispuesto a asesinarlo.

Un día que Buda estaba paseando tranquilamente, su primo Devadatta le arrojó una pesada roca desde la cima de una colina. La roca cayó al lado del Buda y Devadatta no consiguió terminar con su vida. Buda, aun dándose cuenta de lo sucedido, permaneció impasible, sin ni siquiera perder la sonrisa.

Días después, Buda se cruzó con su primo y lo saludó afectuosamente. Muy sorprendido, Devadatta preguntó: “¿No estás enfadado?”. “No, claro que no”, aseguró Buda.

Sin salir de su asombro, Devadatta inquirió: “¿Por qué?” Y Buda aseguró: “Porque ni tú eres ya el que arrojó la roca, ni yo soy ya el que estaba allí cuando fue arrojada”.

(Microrrelatos budistas adaptados por Mar Pastor)

 

“Para el que sabe ver, todo es transitorio; para el que sabe amar, todo es perdonable.”

– Krishnamurti –

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