loader image

(30-04-22)

Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y te culpan por ello;

Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero admites también sus dudas;

Si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o, siendo engañado, no pagar con mentiras,
o, siendo odiado, no dar lugar al odio,
y sin embargo no parecer demasiado bueno, ni hablar demasiado sabiamente;

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu maestro;

Si puedes pensar y no hacer de los pensamientos tu objetivo;

Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre
y tratar a esos dos impostores exactamente igual;

Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
retorcida por malvados para hacer una trampa para tontos,
o ver rotas las cosas que has puesto en tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlo a un golpe de azar,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida;

Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones
para jugar tu turno mucho tiempo después de que se hayan gastado
y así mantenerte cuando no queda nada dentro de ti
excepto la voluntad que les dice: “¡Resistid!”

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud
o pasear con reyes y no perder el sentido común;

Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte;

Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;

Si puedes llenar el minuto inolvidable
con un recorrido de sesenta valiosos segundos.

Tuya es la Tierra y todo lo que contiene,
y —lo que es más— ¡serás un hombre, hijo mío!

Rudyard Kipling

Utilitzem cookies per oferir-vos la millor experiència web. Si segiu navegant esteu acceptant la nosra política de cookies. Podeu obtenir més informació sobre quines cookies utilitzem   
Privacidad